Por Jorge Álvarez Rendón
Villancicos como este se escuchaban antes en los nacimientos de los parques y en los pasillos de los supermercados.
Era la señal de nuestras mas antiguas y verídicas tradiciones del Mexico con predominio de la catolicidad.
Raiz profunda y sostén en momentos difíciles. Lazo unitivo en nuestros recuerdos colectivos.
La ley pretende erradicar esos villancicos y los altares de Belen. Dejarnos unas FIESTAS imprecisas, de arboles germanos, gordos adictos a la Coca Cola y ventas superlativas en los almacenes.
Un ateo y liberal como Ignacio Manuel Altamirano dejó un texto de suma belleza idiomática y de simbolismo: NAVIDAD EN LAS MONTAÑAS
El narrador que lucha en las huestes de Benito Juarez por apartada región de la Sierra Madre llega a un pueblecillo la noche del 24 de diciembre.
La misa de gallo a la que asiste – por curiosidad – le permite captar esa intima relación entre los campesinos y los oficios milenarios que se llevan a cabo entre canticos con sonajas y aroma de incienso.
Aquella es la Patria, según decía López Velarde, “como el ave taladrada en el hilo del rosario”, la misma a través de los siglos.
¿Quién nos quiere robar la patria? Que cada cual se responda.