*Julián Zacarías Curi, en complicidad con la Sedatu, han permitido que sigan construyendo enormes edificios y mansiones lujosas en los linderos del mar
El Presidente Municipal Julián Zacarías Curi, en complicidad con la Sedatu, han permitido que sigan construyendo enormes edificios y mansiones lujosas en los linderos del mar, violentando la Ley.
De acuerdo a la Ley la autorización de la construcción la da el municipio de Progreso a quien va a construir, pero el de la playa lo da la federación.
Esto ha ocasionado la destrucción de los manglares, de sus humedales y, por consiguiente, con la muerte de millones de peces, de aves migratorias de todas las especies, de lagartos y cocodrilos.


En las localidades de la costa se puede ver cómo la gente sin escrúpulos tira escombro para secar rápidamente el agua y poder apartar terrenos que, más adelante, venderán a constructoras que a su vez levantarán enormes y lujosos fraccionamientos.
Ponen cercas de troncos con señalamientos de “No Pasar” en algunos casos, en otros colocan postes de concreto con alambre de púas y no falta quien instale señalamientos de venta de terrenos sobre los manglares.
Crimen ecológico
Las pequeñas olas del mar chocan con las bardas de concreto de una lujosa mansión en las inmediaciones de las playas de San Miguel, límites de San Benito, pero llama la atención a un costado una barda que a través del tiempo la fuerza del agua que reclama su cauce logró derribar.
Las piedras con sus varillas enterradas en la arena dan muestra de ello porque, los dueños de la mansión no han movido un dedo para sacar del agua lo que está claramente contaminando, incluso, hay llantas cuyo material que va desprendiendo mata a los pequeños peces.
También, los dueños de las mansiones llenaron costales con arena y los colocaron dentro del agua, para evitar que en caso de algún huracán las olas choquen en sus casas pero son otro foco de contaminación, sin que ninguna autoridad haga algo para frenarlo.
Hay una mansión hasta con alberca a la orilla del mar, son familias americanas y gente de dinero de otras entidades y países pero, también hay yucatecos a los que no les importa si contaminan o no y colocaron un club privado de motos acuáticas con alberca, mesas y sillas a menos de cinco metros del mar, propiedad de Pedro Silveira, quien fue velerista olímpico.
De la misma manera, se puede observar tristemente como los invasores destruyen lo poco que queda de Chit, plantas endémicas de Yucatán en peligro de extinción, y otras de nombre Canché, en maya, matas que producen flores amarillas, así como plantas El Botoncillo, y hasta cierran los pasos de servidumbre para que la gente no acceda a las playas.