Convivir con los muertos pareciera algo escalofriante, pero para Jaime Hernández Qué de 52 años de edad es algo habitual, vive desde pequeño en el cementerio de San Román en Campeche, a pesar de que sus padres ya fallecieron, el habita la pequeña bodega donde creció y que hoy esta resguardado entre bóvedas.
Don Jaime como lo conocen perdió la vista hace más de 15 años a causa de una enfermedad que no se trató a tiempo, pero gracias a que se grabó desde su infancia aquellos pasillos donde jugo de pequeño junto a sus hermanos; hoy ubica y conoce cada rincón del cementerio como la palma de su mano, recorre los laberintos del cementerio con la ayuda de una escoba misma que usa para limpiar y recoger la basura, y es que a pesar de no ser trabajador del cementerio ayuda a su hermano quien es el encargado del campo santo, y quien lo ha apoyado desde que perdió la vista.
A pesar de su ceguera Don Jaime no se ha limitado y tampoco ha sido impedimento para seguir con la tradición familiar de sepultureros, pues además de ganarse unas monedas por limpiar tumbas, también aprendió el oficio de sepultar y exhumar.
Campeche, Mex 2022.
Texto e imágenes: Michael Balam-Fotoperiodista
