Por Hansel Vargas

Con muchísimo atraso, en el cuarto año de gobierno de AMLO, se reanudó la construcción del Hospital de Ticul, obra incoclusa desde hace más de 10 años. Hoy miércoles, el director del IMSS, Zoé Robledo, estuvo en ese lugar para anunciar el reinicio de trabajos.

Bombos, platillos y maracas sonaron desde los gobiernos federal y estatal. Pero el nosocomiso seguirá inconcluso. Entrará en servicio sin estar terminado al 100%, a pesar de los $1,073 millones que se invertirán ahora.

Vila dijo que “para mayo de 2024” estará lista “la obra civil”. Después será equipado y, en junio, entrará en funcionamiento.

A su vez, Zoé Robledo dio la mala noticia: el segundo piso del edificio quedará como está, a medias.

“Se tendrá la segunda planta con casi 8,000 metros cuadrados como una reserva del propio hospital”, manifestó. “Ese espacio es una de las tareas que nos debemos dar para encontrar(le) el uso más adecuado”.

Ese hospital tendrá 70 camas (90 era el plan original) y 15 especialidades médicas. Del total de la inversión, $636 millones serán para obra civil y $436 millones para equipos.

En una de sus visita a Yucatán en el año 2021, AMLO afirmó que esa obra estába varada porque es fruto de «influyentismo y corrupción».

Sin embargo no hay nadie sancionado por la corrupción ni por el influyentismo. Ni siquiera se ha dicho quién o quiénes son los corruptos e influyentes.

Hoy, Zoé reiteró esa acusación de corrupción:

“No queremos que la historia de Ticul se repita. Esto que estamos viviendo es producto de un modelo que no compartimos ni es acorde a las necesidades de la población.

“Este hospital no era del pueblo de Yucatán, era un contrato a 25 años por $5,500 millones para su construcción, equipamiento y también para su operación”.