James Cameron es una leyenda que revolucionó varias veces el cine, con Terminator, Titanic, o Avatar.
El “talento artístico” es lo que marca la diferencia, considera el rey de la taquilla.
Una película como Avatar, que se graba sobre un fondo azul antes de añadir los decorados y texturas, le debe todo a la interpretación de los actores.
En cuanto a los efectos especiales, Cameron asegura que no la utiliza para “sustituir a los actores, sino para ser aún más fieles a su interpretación”
La tecnología te da muchas cosas, pero lo que acompaña lo artificial son los actores y su interpretación y emociones deben acompañar los efectos utilizados.