Observo una mujer joven sentada en una silla de madera, en una solitaria habitación, mirando anonadada los esfuerzos de un triste lagarto subiendo una escalera que lleva a ningún lugar, me hace pensar de manera obligada en el rumbo que toma nuestro país ante la inútil polarización política que enfrenta a supuestos conservadores con supuestos liberales.
La joven mujer sostiene en sus piernas algo que parece una caja mágica o un libro de pastas gruesas. ¿Tendrá ahí el decálogo que pueda darnos las pautas de salida a esta descomunal confrontación de fuerzas políticas y de desmesurados protagonismos? ¿O es la caja de Pandora que aún reserva para nosotros, simples espectadores aspiracionistas de clase media, el peor de los escenarios posibles y por haber?
Si la pandemia nos recluyó en nuestras casas y nos obligó a cambiar nuestras pautas para relacionarnos en sociedad, ¿esta polarización inútil del Mexico de los tiempos de la llamada 4t nos puede llevar a catástrofes innecesarias? Prefiero aún tener fe y creer en la benevolencia del gran líder y, así como cambio de opinión respecto a la presencia del ejército en las calles, reciba el Mesías la iluminación del Espíritu Santo y nos cambie el rumbo del país y que nuestro herido Mexico deje de ser el torpe Caimán que escala a la nada.
¿Seremos tan afortunados de vivir en un país igualitario y sin etiquetas tan feas como la de conservadores y liberales y ser solo mexicanos, aunque en nuestro adn esté el aspiracionismo?