Por Sergio Grosjean
Esta semana quiero compartirles un tema muy interesante que ha causado controversia y atraído la atención de propios y extraños, siendo que en nuestra investigación hacemos un recuento inédito de los arcos de Mérida, mismos que plasmamos en nuestro reciente libro “Las calles, esquinas y arcos de Mérida”.
En la actualidad, solo existen 3 arcos centenarios de piedra maciza en nuestra ciudad, sin embargo, a lo largo de la historia contabilizamos un total de 18, mismos que en siguientes publicaciones iremos revelando sus ubicaciones.
Por ejemplo existieron arcos en Santa Lucía (55 con 60) y en Santa Ana (60 con 47), los cuales, formaron parte de un paseo con arcos en las calles laterales que fueron erigidos en 1728. Estos últimos eran arcos menores que se ubicaban sobre la misma calle 60 con el cruce de las calles 53, 51 y 49. Cabe señalar que un documento de 1733 cita que en esta calle se encontraban “tres arcos altos de sur a norte y otros pequeños de cantería de cal y canto”.
Para el año de 1815, los dos arcos principales se reportaban en mal estado y se contempló restaurarlos o demolerlos, pero por desgracia la segunda opción fue la que se aplicó por indicaciones del gobernador Manuel Artazo. Esto ocurrió entre los años de 1820 a 1823, según asienta Gerónimo Castillo, sin embargo, Gonzalo Cámara Zavala apunta que el de Santa Ana lo mandó a construir Antonio Figueroa y Silva Lazo de la Vega Ladrón del niño de Guevara, y lo mandó a destruir el Ayuntamiento en 1888 con el pretexto del temor que colapsara debido al mal estado en que se encontraba .
En la imagen, observamos el bello arco de San Juan, que erróneamente oficialmente es llamado “San Cristóbal”, esperando que el ayuntamiento de Mérida rectifique la placa que se expone en el sitio, siendo este un tema que abordaremos aportando pruebas irrefutables que su nombre es “Arco de San Juan, y no “San Cristóbal” como en el presente se exhibe.
Finalmente, muchas gracias a todos, y en especial a los amigos que han adquirido el citado libro, ya que está por agotarse la primera edición, esperando en septiembre tener la segunda edición disponible en varias librerías. En el presente quedan algunos ejemplares en la librería de la revista Proceso ubicada en plaza diamante (calle 62 con 63 centro).
